Tengo los ojos enfermos,
deslumbrados, de mirarte
día tras día en la mesa,
donde viniste a sentarte,
frente a mi inocencia blanca
de niño con cuerpo grande.
Tengo la boca reseca
y los labios anhelantes
de juntarse con los tuyos,
que enseñan cuando los abres,
esa lengua pequeñita
en su cárcel de corales.
Tengo el sentido perdido
por el ansia de estrecharte
fuerte, fuerte, entre mis brazos
que alguna vez tú tocaste,
entre risas, distraída,
sin saber que en mí dejaste
temblores de pasión y fuego
en la esperanza de amarte.
Tengo febril como el sol
mi cuerpo que busca el tuyo,
tal como el buey busca el yugo
que esclaviza y da pavor,
tu cuerpo, vida y calor,
que no será mío, amor.
Fonte: blogue "Poemas del Alma" - post de 23Abr2008
quinta-feira, 24 de abril de 2008
AMORES
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